miércoles, 29 de junio de 2011

Recordándote...

Caminábamos temblorosas conteniendo la emoción que nos embargaba, nos quitaba el habla,  nos dejaba sin aliento. Tú me seguías por la vereda torpemente, yo sentía tu respiración a mi espalda, muy cerca. Nos sentamos al final del camino, en una roca frente al inmenso mar que se extendía en el horizonte, bajo un cielo nítidamente azul.
Comenzaba apenas nuestra historia de amor. De pronto,  comencé a recitar el poema de Benedetti, “Táctica y Estrategia”, improvisada y apresuradamente, olvidando incluso alguna estrofa. Parecías sorprendida y confusa, pero tus ojos se empañaron y miraron los míos, en un intento de cercanía, de poder ver más allá de ese momento mágico, parecías querer  asegurarte de que aquello era cierto y podías confiar en mi amor.
Yo lo sentía tan profundamente que me extrañaba que no pudieras darte cuenta de ello, que no pudieras  escuchar mi corazón que  palpitaba alocadamente, como un caballo salvaje que galopa por fin en libertad. Sentía tanto amor y ternura hacia ti, que me conmovía tan sólo tu presencia.
Yo también estaba asustada y confusa pero de una cosa estaba segura, de nuevo el amor había tocado a mi puerta y yo estaba decidida a abrirla. Te había traído hasta mi y yo me había enamorado de ti.
.
                                                                                                        Anais Robles

                             

                                 

No hay comentarios:

Publicar un comentario