Gracias, amor

Gracias, amor
por tu imbècil comportamiento
me hiciste saber q no era verdad eso de
“poesía eres tù”.
Poesía soy yo!

                  Gloria Fuertes

Tu manera y la mía

Qué pena que tú manera y la mía
no se cogieran de la mano
y se sacaran a bailar
Qué pena que tu vida y la mía
se cruzasen, apenas un instante,
para seguir súbitamente su camino
discurriendo por diferentes cauces
llevándonos a mares tan lejanos entre sí.....
      ( fragmento)

                 Anais Robles

Reservados derechos de autor @anarobles


                        

No te sálves!

No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
              No te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sòlo un rincón tranquilo
no dejes caer los pàrpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueńo
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo
pero si
          Pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los pàrpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueńo
Y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
                Entonces
No te quedes conmigo.

                 Mario BENEDETTI
                   
                         
             

Danza maldita

Un fino hilo de sudor
recorre mi escote
y se pierde en tu cuerpo
que pegado al mío se estremece,
me sugiere, me provoca, me retiene.

Se enredan tus raíces
en mi vientre hasta el vomito,
me arrastras hasta tus profundidades
sucumbes en las mías.

Nos escondemos, así,
en los entresijos de un placer
que aprisiona nuestros jadeantes cuerpos
hasta dejarlos exhaustos,
y enlaza nuestras almas
en una danza infinita, 

salvaje, maldita.

                           Anais Robles

Poemario “ Travesía” editorial Escritura entre las Nubes, abril 2019.

Reservados derechos de autor @anarobles

                             

                                                  Escena tango de la película FRIDA, 2002
                                                  Dirigida por Julie Taymor

¿Se equivocó la luna?

¿Se equivocó la luna,
que en la temprana tarde 
ya está sobre la Alhambra?

¿O es tanto su deseo
que se escapa de día,
sin poder resistirse,
para venir a verla?

Las dos la contemplamos
y nuestros ojos tiemblan,
y nuestras manos arden,
y nuestros pies anhelan
correr pronto a su encuentro.

Es tanta su belleza,
su embrujo, su armonía,
que se hace irresistible
que se hace deseable
que se hace imprescindible.

¿Se equivocó la luna?

¿Me equivoco yo amándote?

                                    Anais Robles
( Reservados derechos de autora @anarobles)

    

                         

Habitación Vacía

La habitación antes vacía,
se llena ahora de ti.

Nuestros cuerpos se buscan,
se reconocen en la oscuridad
en la memoria de otro tiempo,
de otras vidas, de otro amor.

Nuestras bocas antes selladas,
inmunes ahora, inseparables,
se intercambian todo 

lo que no han podido decirse
en tanto tiempo.

Un desgarrador grito

sacude el silencio,

no hay eco que responda

solo el sonido de tus pasos

perdiéndose en la noche,

llenándolo todo de tu ausencia.

Después, de nuevo, el silencio.
                       
                    Anais Robles

Poemario TRAVESÍA de editorial Escritura entre las Nubes

Reservados derechos de autora @anarobles

       

TUS MANOS MADRE

Tus manos, madre, tus manos...

tu voz, madre, tu voz...

tu mirada, madre, tu mirada...

tu alegría, madre, tu sonrisa...

tu tristeza, madre, tu dolor.

Entró el otoño,

un otoño con sol de primavera,

iluminado, cálido;

Entró el otoño 

y no llegó el invierno...

Te fuiste, madre,

y te llevaste esa mirada tuya,

esas manos, esa risa, esa voz.

¡Y las extraño tanto, madre!...

           Anais Robles

            Poema publicado en Voces de Mujer, editorial Cursiva Books, junio 2021
             Reservados derechos de autora @anarobles

Te ofrezco en este día, madre,
miles de flores blancas
que lleguen hasta el cielo
y te lleven mi amor.
                       
                      Tú hija Ana

(9-10-2017, Un año después )


                       

La Niña de la Cebolla

A la niña de la cebolla 

no le gustaba jugar con muñecas,

prefería los juguetes 

de los niños de su barrio. 

La niña de la cebolla
apenas sonreía,

miraba el mar triste,

observaba el mundo curiosa.

A la niña de la cebolla
nadie le leía cuentos
antes de dormirse,
se los contaban sus sueños.

La niña de la cebolla
iba sola camino de la escuela,
imaginando mil y una aventuras
en las que ella era protagonista.

Imaginando que ese mar,
lleno de azules,
le traería algún día la alegría.

                         Anais Robles

( Reservados derechos de autora @anarobles)