miércoles, 23 de mayo de 2018

Orfandad


La muerte de los padres nos deja
desnudos frente a ella,
desvalidos,
huérfanos para siempre,
aullando nuestra pena
frente al alma aterida
que intenta, pobre inocente,
salir ilesa de esa feroz batalla.
Se escuchan los aullidos
en el alba lejana,
llegan despavoridos, ciegos,
en busca de consuelo.
Se enredan torpemente
en laberintos de hojas secas
que vuelan, llevadas por el viento, 
hacia ese cruel destino
que, irremediablemente, las espera.
               
                                      Anais Robles

Poemario TRAVESÍA, editorial Escritura entre las Nubes, abril 2019

Reservados derechos de autora @anarobles

                                     

domingo, 13 de mayo de 2018

Homenaje a Benito Pérez Galdos


Las casas guardan en su corazón
el recuerdo de los que allí han vivido,
y si guardamos silencio
podemos oír su llanto por la ausencia
de los que han partido,
de los que ya no están.

Hoy escuché los llantos de tu casa
en el patio que veía tus juegos
y los de tus hermanas;
las visitas que llegaban a sus puertas;
la alegría que visitaba a la familia
con cada con cada nacimiento,
en especial el tuyo por ser el benjamín.

Hoy he recorrido esa casa de tu infancia
y en ella he creído verte apoyado
en el quicio de la puerta:
parecías sonreír mientras te desdibujabas
en las sombras.
Tan cerca y tan lejano a la vez.
Quise tocarte pero no pude,
como tampoco pude tocar
el resto de objetos que te recuerdan.


Te vi cuándo observé tus anteojos,
cuando vi tu cuna que a modo de barca
mecía tus sueños;
te he visto en tu piano,
como queriendo acariciar
una vez más, 
                 -tan solo una vez más-
sus desafinadas teclas.

Te vi a través de las letras de tus cartas,
a través de tus libros,
de tus bastones,
y del retrato que te pintó Sorolla;
te vi sentado junto al pozo,
bajo la palmera q te vio crecer.

Todo ha quedado atrás,
lejano para ti, tan cerca hoy para mi,
en esa ingrata línea divisoria
entre el pasado y el presente,
entre lo efímero y lo que por un instante
nos parece eterno.

Todo ha quedado atrás,
todo menos el mar...
Siempre el mar contigo y en ti.

                          Anais Robles
( Reservados derechos de autora @anarobles)
       

domingo, 6 de mayo de 2018

Madre

Madre...
palabra de entrega
dulzura y firmeza
amor sin reserva
cuidados sin fin.

Mano cariñosa
que meció mi cuna
con limpia ternura,
fiel dedicación.

Mano que me alzaba
en cada peligro
y en la tierna infancia
me dio protección.

Con firmeza guías
mi barca ligera
de la adolescencia
a la juventud.

Con tristeza miras
alejarse un día
el fruto maduro
que brotó de ti.

Cuando llegue el día
que mi barca zarpe
de este frágil mundo
a la eternidad...

Mi voz temblorosa,
mis labios errantes
pondrán en sus puertas
tu nombre, tu amor.

                   Anais Robles
(Reservados derechos de autora @anarobles)

                               

Henri Levasque