recorre mi escote
y se pierde en tu cuerpo
que pegado al mío se estremece,
me sugiere, me provoca, me retiene.
Se enredan tus raíces
en mi vientre hasta el vomito,
me arrastras hasta tus profundidades
sucumbes en las mías.
Nos escondemos, así,
en los entresijos de un placer
que aprisiona nuestros jadeantes cuerpos
hasta dejarlos exhaustos,
y enlaza nuestras almas
en una danza infinita,
No hay comentarios:
Publicar un comentario