Ese instante de rubor en tu mirada,
ese instante tan tierno de tu risa,
ese instante cuando susurras en mi oído:
“te quiero, mi amor, tú ya lo sabes”.
Ese instante que te acercas silencioso
y me besas el cuello, levemente,
dejas caer tus párpados cansados,
te abandonas feliz entre mis brazos.
Ese instante en que me dices: "despacito"
cuando bailamos juntos y rodeas
mi cintura con tus brazos.
Ese instante mío de abandono,
ese instante tuyo de sosiego.
Cuando con algo de misterio dices:
"Tengo algo para ti".
O un tanto distraído me preguntas:
“¿Qué vino llevo hoy para la cena?”.
Anais Robles
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